Buscar

 Sin buscar encontraremos más de lo que buscamos y puede ser el menos lo que más necesitamos.

Experiencias por vivir

El riesgo, las innovaciones, las últimas tendencias y una larga lista de experiencias, son lo que más deseamos y buscamos. Sin embargo en la vida dejamos sin vivir el influjo de lo maravilloso de muchas sensaciones y emociones, que solo las podemos vivir por nosotros solos. 

En nuestros viajes iremos a ver monumentos, obras de arte, hablaremos con expertos, pero quizás no nos sorprenda esa hoja que se balancea con el aire o que ni siquiera seamos capaces de madrugar para ver amanecer. 

Por mucho que viajemos, no sabemos ir solos por el mundo o vamos en grupo o con un guía, que solo habla de los siglos pasados. Ir en solitario puede ser lo último que deseamos, cuando nos sería necesario para captar sensaciones y emociones y como os decía: esa hoja que se mueve contiene el misterio de una melodía. Nuestro oído no lo oye porque estamos conectados al ruido...

La cadencia de muchos sonidos y visiones están conectados con nuestros sentidos y sin embargo; no los vemos ni los oímos. 

Una mezcla explosiva

Cada loco con su tema, cada cuerdo con su sistema y así vivimos, mezclados y unidos por la cordura y la locura. Una mezcla explosiva, que nos hace vivir ajenos a la vida. En realidad no sabemos a que grupo pertenecemos y si pensamos que estamos cuerdos, igual estamos locos. 

Por el amor

No me pidáis cosas, que cosas no tengo , pedidme silencio y amor, que esas cosas tengo en mi corazón para compartir el dolor. 

Os invito a cantar por los que se han ido y no volverán. 

Oremos en silencio por los que lloran por los que aun están sufriendo. Cantemos todos juntos; al amor y a la amistad .

11 Septiembre 

En movimiento

Aunque todo esté por hacer y solo contemplemos la luz del amanecer, ya estamos haciendo lo mejor; para el alma y el cuerpo. Es en el amanecer cuando nos conectamos con el Universo y tomamos conciencia de los sonidos de la naturaleza, que se despierta. Lo que está por hacer, puede esperar pero esos instantes de paz los necesitamos para ponernos en movimiento.

Hombres de ciencia

Los hombres de ciencia descubren más de los siglos pasados, que nosotros de la propia realidad porque; la realidad la vivimos como un sueño del que no queremos despertar.

Niños y adultos

Los niños saben tanto de nosotros como para que dudemos si nosotros nos conocemos. Los niños ven y callan porque no encuentran palabras, pero eso no quiere decir, que no entiendan como nos sentimos y nos invitan a jugar, que para ellos es como dialogar. Los niños aunque vean a su madre haciendo la comida y esté cantando, entienden su cansancio, porque ellos también a veces lo sienten y cuando juegan, están a la vez escuchando y sacan conclusiones con diferentes versiones: Quizás lo más sorprendente de nuestros niños sea: cuando nos piden que les expliquemos un cuento y nosotros siempre ponemos el pretexto de, que es un mal momento y los niños se preguntan ¿ Porqué los adultos tienen tan pocos momentos?

No nos conocemos, nos conocen ellos, una razón para que tomemos nota y nos demos cuenta de su presencia, que más que pasiva es muy activa.

Resumiendo...

Si nos dicen, que resumamos un texto tal vez lo alarguemos, porque una sola palabras ya da mucho de si y muchos textos no se pueden resumir por una simple razón: la mente nos da demasiadas visiones y opiniones...

La sabiduría del silencio

Para guardar silencio, se necesita sabiduría porque cuando callamos, pensamos y sacamos conclusiones de la vida. Al hablar podemos equivocarnos y es hablando cuando perdemos algo de nosotros mismos y nuestras palabras pueden llegar a otros con diferente sentido. 

Un amor

Nadie tendría que ser: un hambre sin alimentos, una sed sin bebida, una pregunta sin respuesta, un amor sin amor... 

Profundidad

 La sensibilidad nos hace mirar en profundidad para ver, que lo esencial no solo es vivir sino descubrir lo sensibles que podemos ser.

Historias humanas

Esas luces que por la noche parpadean, nos cuentan historias humanas: Esa madre que espera el regreso de sus hijos y esa luz que alumbra como un faro el puerto acogedor del hogar. Es por la noche cuando la ternura llega al mundo, sino que lo digan los niños que tienen miedo y son capaces de andar en la oscuridad del largo pasillo, para llegar a ese puerto donde están: papá y mamá. 

Es de noche cuando muchos humanos regresan al hogar cansados, sin ganas de dialogar y lo sorprendente es encontrarse con esa sonrisa, que no se ha cansado de esperar. Lo de menos son las palabras, lo importante es saber que somos amados.

La noche tiene mil caras, pero solo una es la única, que hemos de usar: la ternura.

El realismo

Las conclusiones son más que nada: confusiones y visiones creadas. Detrás de lo que no vemos está el realismo y de él no podemos sacar conclusiones porque no lo veremos ni entenderemos.

Los surcos olvidados de la tierra

Los surcos de la tierra nos muestran las semillas olvidadas, que nadie sembró. Se habla del hambre, pero nadie se acuerda de los surcos vacíos, que necesitan de unas manos para sembrar y recolectar. La miseria entró en el mundo cuando empezamos a usar la inteligencia y nos olvidamos de la tierra. Los robots, siembran y recolectan, pero lo hacen sin amor y el amor es el mejor fertilizante de la tierra. Una manzana cogida con amor, tiene mejor sabor...

El sentido de la vida

No importa el lugar en donde estamos, ni siquiera importa lo que tenemos. Importa más la visión de lo que vemos y la emoción de intuir la fuerza de lo invisible. Sin buscar encontraremos el sentido de la vida, en el dolor y la alegría. 

El desierto

 Somos un río, cuyo recorrido tiene sentido. El problema nos llega cuando el agua se evapora y el desierto se incorpora a nuestra vida...

La búsqueda

Ver pasar las horas nos puede defraudar. Ver pasar la vida nos puede dejar excluidos de la vida. Mejor trabajar y ganar  tiempo para poder amar y no dejar, que la vida nos pase sin haber  podido encontrar un motivo positivo, para poderlo usar en la búsqueda de la felicidad.

El dolor humano

En la ventana unas flores y una niña que cantaba. Hoy la ventana ya no está y de la ciudad no queda nada y esa nada nos habla sin palabras del dolor humano. Muchos huyeron, otros no pudieron y en el denso silencio se escucha la canción de la niña que cantaba y las risas de otros niños que jugaban. El dolor humano no se puede decir con palabras, porque es tan profundo, que ya no cabe en el mundo.

Atreverse con la osadía

Sugiero algo, que quizás os haga pensar que está fuera de lugar, pero el resultado es espectacular. Crear es lo mejor que hacemos los humanos y nuestras creaciones nos hacen ser osados.

Aunque nos pueda el cansancio se a de tener contacto con nuestra música personal e inédita, ya sea una melodía o una sinfonía y hay que hacerla vibrar en nuestro interior. En el silencio sentiremos como esa música va fluyendo, anegando y suprimiendo los pensamientos. Es desde luego un reto crear para solo recrearnos con esa música inédita y personal. Al principio se puede sentir tensión, solo cuando uno se acostumbra comprueba el gran beneficio, que nos aporta nuestra orquesta. Solo se ha de buscar el lugar adecuado, sosegar el cansancio y usar la imaginación y abrir poco a poco el telón de nuestro interior.

De hecho cada día creo una nueva melodía, una nueva sinfonía y está claro que es por la noche cuando es más necesario buscar las notas más positivas y es una pena, que a la mitad de mi concierto me quede dormida...

El silencio, un experto orador

El silencio tiene alma de poeta y es un experto orador. Él tiene la batuta de la orquesta, que es la que silencia nuestra voz. El silencio, guarda cuanto sentimos y al mismo tiempo añade contenidos, lo que nos hace más sabios sin haber estudiado. Aunque el silencio guarda los hechos de los siglos pasados con nosotros, se ha actualizado de tal manera, que el ordenador nos da la idea de que su sistema no es la conversación. Nuestro silencio quizás sea el mejor de los silencios porque: en el silencio personal somos comprendidos.