En nuestra vida nos hemos cruzado con: sonrisas,palabras, silencios y sufrimientos, que nos han dado profundos sentimientos ,que nos han unido a una multitud de seres desconocidos y hasta hemos intuido el latido de muchos corazones.
Desde nuestros hogares hemos llegado a conocer las razas de todos los pueblos, que han sido como puertos lejanos y ahí dónde estemos intuimos sentimientos igual a los nuestros. Aunque soñemos dormidos o soñemos despiertos, siempre oímos en el corazón los ecos lejanos de las alegrías y los sufrimientos. Pueblos cuyos idiomas y formas de pensar son distintos de los nuestros y lo que no vemos es, al ser humano concreto y su secreto, su esencia desconocida y la profundidad de su personal firmamento de sentimientos. A través del tiempo vamos evocando los desiertos humanos y los comparamos con el nuestro y mientras vamos cruzando el mundo, descubrimos los mares profundos de muchos seres inquietos.
Evocamos las miradas de otros hombres y la tierra de otros pueblos y es tanto lo que sentimos, que no sabremos si estamos despiertos o estamos dormidos. La realidad nos dice, que solo somos viajeros y no comprendemos a nuestra familia humana y aunque todos callemos, el corazón habla. Todo corazón humano es una voz y un latido, que busca , otro latido y otra voz.