Salgo de casa y llego al semáforo, que se acaba de poner en rojo. Detrás mío una voz masculina me llega nítida ¿Cómo se llama, qué come, cuántos años tiene? Me vuelvo un instante, para ver al minúsculo perro salchicha y a su dueño porque el otro, el de las preguntas a tirado la primera bomba fuera de lugar . Me entra la risa tonta, no sabía que los humanos pudieran ser así, pues por lo que veo, lo son.
Al otro lado de la calle hay un banco, me dejo caer y respiro hondo. Frente a mi hay dos mujeres, una de ellas lleva un niño de dos años en un cochecito. Al poco oigo ¿Cómo se llama, qué come, cuantos años tiene?
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