El riesgo, las innovaciones, las últimas tendencias y una larga lista de experiencias, son lo que más deseamos y buscamos. Sin embargo en la vida dejamos sin vivir el influjo de lo maravilloso de muchas sensaciones y emociones, que solo las podemos vivir por nosotros solos.
En nuestros viajes iremos a ver monumentos, obras de arte, hablaremos con expertos, pero quizás no nos sorprenda esa hoja que se balancea con el aire o que ni siquiera seamos capaces de madrugar para ver amanecer.
Por mucho que viajemos, no sabemos ir solos por el mundo o vamos en grupo o con un guía, que solo habla de los siglos pasados. Ir en solitario puede ser lo último que deseamos, cuando nos sería necesario para captar sensaciones y emociones y como os decía: esa hoja que se mueve contiene el misterio de una melodía. Nuestro oído no lo oye porque estamos conectados al ruido...
La cadencia de muchos sonidos y visiones están conectados con nuestros sentidos y sin embargo; no los vemos ni los oímos.
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