De buena madera

Muchos seres humanos son de hierro, inmunes a sentimentalismos y delicadezas...

Con los años, el carácter férreo se oxida, dando lugar a la egolatría de las ideas fijas...
También hay seres humanos hechos de buena madera, que con los años se han ido puliendo y se han sabido conservar de las corrosiones del exterior...

El gran problema de la humanidad es la convivencia de la dureza del hierro y la blandura de la buena madera....

Por algo se empieza...

Comencemos a dejar los pálidos colores de nuestra existencia...
Comencemos a ser geniales y creativos, aprendamos a saber aliñar la sobriedad de la rutina y a saber sacar lo mejor de nosotros mismos...
Iluminemos los rincones oscuros y demos un poco de nuestra luz a los pesimistas, repintemos los desconchados con insólitos colores...
Comenzar es: encauzar la imaginación desbordada, llenemosla de la realidad personal...
Nada es obra de un instante, todo va paso a paso..
Nosotros somos un eslabón de una gran cadena.Una cuenta diminuta que busca enzarzarse con otras cuentas y así adquirir la fuerza de comenzar a cada instante la búsqueda de nuestro lugar en el mundo....
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Alegría

La alegría es muy frágil, puede romperse en un instante...
Independientemente de las preocupaciones y sufrimientos, la alegría es afín al hombre es, una manera positiva de encauzar la existencia...
Es tomarlo todo tal como nos viene...
La alegría no nos llega de afuera, nace y se expande desde nuestro interior...
Demasiada sobriedad nos quita la ocasión de ser felices...
Por rebuscarnos demasiado en nuestro interior nos perdemos la sal de la vida...
La alegría anula el pesimismo...
La alegría contiene todos los colores del Universo y los aromas de todas las flores...
En nuestro interior hay un jardín, que debería de estar florido en todas las estaciones del año...

Tú, yo y los otros

Ni tú ni yo tenemos la culpa de todo cuanto acontece...
La culpa la tienen ellos, pero ¿Quienes son ellos?
Pues, somos todos...
Unos echan una poquita de leña y otros un montón...
El fuego arde, pero claro está que no arde solo, alguien o algunos tiran la cerilla...
Lo mejor es: permanecer en la orilla de ese río de aguas mansas y dejar que los otros hagan y deshagan a su antojo...
Ni tú ni yo tenemos la culpa de todo cuanto acontece...

Nuestra alma necesita de unas vacaciones

Hemos estado buscando ese hotel, ese lugar soñado, para dar descanso a nuestro cuerpo, que dicho sea de paso; no está cansado...
Necesitamos quizás por costumbre, hacer las maletas e irnos de la rutina, necesitamos ver otras caras, que nos hagan la comida, necesitamos, siempre necesitamos miles de cosas...
La verdad es que: somos exigentes con nuestro cuerpo, somos esclavos de él...
Necesitamos; baños de arcilla, masajes y un sin fin de cuidados...
Nada es suficiente para la satisfacción del cuerpo, pero, ¿Y el alma?
Nuestro interior reclama una atención especial...
El alma es frágil y necesita muchos mimos y cuidados, que solo nosotros podemos darle...
Nuestra alma no necesita masajes, ni tan siquiera un hotel, solo te necesita a ti...
¡Felices vacaciones!

El sueño de los insomnes

No se si fue la lluvia mansa lo que me despertó o la ilusión de poder contemplar la inmovilidad de aquella figura tallada que adorna la verde frondosidad del jardín...
Me asomé a la ventana para contemplar aquellos ojos inmóviles y no pude resistirme de salir a la oscuridad, para poder rozar su blanco manto...
El ser humano se despierta en la noche por muy variadas razones. A menudo es la angustia, un mal sueño, una preocupación, una tormenta atmosférica o del alma...
A muchos la oscuridad les causa pavor, mientras otros; se mueven en ella como si tal cosa...
Todos podemos tener un jardín, aunque sea imaginario y colocar en él las ilusiones perdidas, para acariciarlas cuando nos falte el sueño...

Saber...

No es necesario saber lo que esconde el misterio de la noche, sino simplemente penetrar en la oscuridad para espantar a los fantasmas, de nuestros miedos...
No es necesario vendarse los ojos ante las fatalidades del destino, sino mirar las lejanías insondables de nuestra fuerza interior...
No es necesario ser un Adonis o una Venus para que otros nos admiren...
Seamos nosotros mismos y comprobemos que: ni los fantasmas, las fatalidades y el ojo ajeno pueden dañarnos...