Para nosotro mismos somos un libro abierto, o eso creemos y nos miramos en el espejo de los acontecimientos, sin darnos cuenta que en nuestra mente hay lagunas profundas, dónde se anulan los ecos de las palabras y se evaporan los sentimientos. Nos creemos los dueños de nuestra vida, pero por mucho que evoquemos siempre hay una laguna o un desierto, que anulan los recuerdos y por mucho que queramos no podremos evitar el no recordar.
Siempre nos encontraremos con una laguna o un mar, que no nos deja ver lo que dejamos atrás...
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