El polvo lo trajimos de todos los caminos y la mirada repleta de esos paisajes por donde anduvimos...
Estando lejos de nuestra parcela nos creímos dueños de ese mundo nuevo y distante y sin quererlo echamos raíces (a igual que los árboles) en los lugares más remotos...
A la hora de comprar regalos para unos y otros, vimos que nuestra maleta ya estaba repleta de eso que se llama: felicidad...Tal vez hemos vuelto con las manos vacías...
Sólo el polvo de todos los caminos, el verde de los valles y la fina arena de las largas playas, han viajado hasta nuestro hogar...
El polvo quedó incrustado en las sandalias, las briznas de hierba se colaron en la mochila y la fina arena penetró en los bolsillos...
Mirando una y otra vez las evocadoras fotos de las vacaciones, nos damos cuenta de que: la felicidad existe...
¿Seremos capaces de conservarla?
Estando lejos de nuestra parcela nos creímos dueños de ese mundo nuevo y distante y sin quererlo echamos raíces (a igual que los árboles) en los lugares más remotos...
A la hora de comprar regalos para unos y otros, vimos que nuestra maleta ya estaba repleta de eso que se llama: felicidad...Tal vez hemos vuelto con las manos vacías...
Sólo el polvo de todos los caminos, el verde de los valles y la fina arena de las largas playas, han viajado hasta nuestro hogar...
El polvo quedó incrustado en las sandalias, las briznas de hierba se colaron en la mochila y la fina arena penetró en los bolsillos...
Mirando una y otra vez las evocadoras fotos de las vacaciones, nos damos cuenta de que: la felicidad existe...
¿Seremos capaces de conservarla?