Dejar atrás días de sol, volver a lo de siempre...

Nos fuimos con infinidad de buenos propósitos, sintiéndonos capaces de volver con las pilas recargadas...
Nos llevamos una larga lista de lo bueno y lo malo e hicimos el propósito de repasar a menudo esa larga lista...
Mentalmente asumimos  sentirnos seguros allí donde fuéramos, la dichosa lista iba con nosotros...
Sin embargo, en la realidad, cuando estamos descolocados de la rutina, nos dejamos simplemente llevar...
Hemos trasnochado, entre bostezos, cuando lo nuestro era coger el sueño con un buen libro...En vacaciones no hay libro que valga, hasta una mosca puede distraernos...
Hemos comido hasta  rebosar, cuando lo nuestro era la comida sana y ligera...
La larga lista de los buenos propósitos no la hemos ni mirado...
Pretender coger de nuevo el día a día, va ser una tarea ardua...
Llevamos todavía en los pies los callos de las caminatas, el azul del mar, en nuestras pupilas y de las largas siestas, los kilos de más...
Hay que empezar de nuevo, sin perder la ilusión por soñar, ni perder el tesón de luchar...
La existencia es: un continuo comenzar...