Que las vacaciones son para descansar, todo el mundo lo sabe...
Días de sol, de mar y de montaña, excursiones, paseos, conversaciones hasta las tantas, pero sobre todo, noches de insomnio...
Las vacaciones nos llevan y nos traen a territorios peligrosos y es que, el guerrero que somos no sabe combatir ese aleteo de pensamientos, que durante el invierno han estado rezagados...
Muchos han trabajado duro, otros no tanto, pero, con la llegada de las vacaciones, unos y otros son guerreros deseosos de abandonar las armas de la rutina...
Una vez instalados en nuestra atalaya, de cara al mar...Sintiendo la brisa cálida sobre nuestro pálido rostro, nos atrevemos a echar una ojeada a nuestro mundo interior y lo tenemos todo tan sabido, que hasta sentimos tedio de nosotros mismos...
No hemos abandonado las armas y con ellas encima no podremos descansar...
El temor es un arma de doble filo...
El miedo es mucho peor...
Y la larga lista no terminaría...
Bajo el blanco toldo de nuestras vacaciones, hemos de sentirnos libres, como el viento...
Sin hurgar en lo profundo...
Sólo mirar ese horizonte que, en su silencio nos sugiere la paz y con ella el abandono de todas nuestras luchas...
Días de sol, de mar y de montaña, excursiones, paseos, conversaciones hasta las tantas, pero sobre todo, noches de insomnio...
Las vacaciones nos llevan y nos traen a territorios peligrosos y es que, el guerrero que somos no sabe combatir ese aleteo de pensamientos, que durante el invierno han estado rezagados...
Muchos han trabajado duro, otros no tanto, pero, con la llegada de las vacaciones, unos y otros son guerreros deseosos de abandonar las armas de la rutina...
Una vez instalados en nuestra atalaya, de cara al mar...Sintiendo la brisa cálida sobre nuestro pálido rostro, nos atrevemos a echar una ojeada a nuestro mundo interior y lo tenemos todo tan sabido, que hasta sentimos tedio de nosotros mismos...
No hemos abandonado las armas y con ellas encima no podremos descansar...
El temor es un arma de doble filo...
El miedo es mucho peor...
Y la larga lista no terminaría...
Bajo el blanco toldo de nuestras vacaciones, hemos de sentirnos libres, como el viento...
Sin hurgar en lo profundo...
Sólo mirar ese horizonte que, en su silencio nos sugiere la paz y con ella el abandono de todas nuestras luchas...
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