No hay nada más relajante que contemplar el horizonte...y dejarse seducir por esas nubes que avanzan ligeras...ya muchos quisieran para si esta sutil ligereza...
Pero el hombre es un peso pesado que apenas puede con su alma... por eso nos sentimos atraidos por las lejanías infinitas, porque el nuestro es sin duda un horizonte donde se forman grandes tormentas...
Todos y cada uno tienen ante si distinto paisajes y horizontes que alcanzar, caminos que andar, puertas que abrir, todos tenemos mil sueños por soñar.Pero de la lejanía nos seduce su hondo misterio...
De nuestro horizonte personal nos inquieta su profundo misterio, su oscuridad y sobre todo, esas nubes que siguen avanzando...
Despues de los nuvarrones siempre sale el sol,y ese es el horizonte que creo que cada persona deberia de mirar...
ResponderEliminarUn millon de besos.
Yolanda