Una pequeña locura, nunca viene mal en una noche oscura...
Cojo el móvil tecleo: "hola" no sé adónde se ha ido esa palabra, pero no recibo respuesta y esto, que era una contraseña perfecta...
El experto en servicios técnicos (mi nieto) me contesta: "ya" y como si esa palabra fuera mágica, comprendo su significado...
A lo lejos, veo su silueta inconfundible; un niño con camiseta y una sonrisa irresistible...
Y pienso en la locura que nos espera, cenar bajo la luna llena...
Apagar el móvil para crearnos la sensación de isla desierta y sentirnos fuera del control de ese circulo vicioso y tedioso...
Lo de menos es la cena, lo importante es: ese calor insoportable, un helado de fresa y ponernos a leer los mensajes ocultos de las estrellas...