A nadie le gusta verse sorprendido por un chaparrón...
Sobre nosotros caen continuamente chaparrones de toda clase, desde el agua que cae del cielo hasta criticas malsonantes, conversaciones insulsas y enfados ajenos...
A veces creemos que el mundo se desmorona bajo los pies y es que, sin saberlo somos muy pero que muy sensibles...
Palabras laceradas, que nos hieren, miradas, que nos oprimen, gestos que, nos desarman...
Los chaparrones siempre nos cogen desprevenidos...
Salimos a la calle con nuestra mejor sonrisa y ahí, donde menos lo esperamos nos damos de bruces o con el hermetismo ajeno o un chaparrón indeseable de frases...Para esa clase de chaparrones no hay paraguas que valga, ni techo que nos resguarde...
Soluciones hay pocas que nos salven de los chaparrones de la vida, pero no olvidemos que poseemos alma de artista...Imaginación no nos falta y con ella, poder hacer grandes portentos, para aguantar estoicamente todos los chaparrones posibles...
Sobre nosotros caen continuamente chaparrones de toda clase, desde el agua que cae del cielo hasta criticas malsonantes, conversaciones insulsas y enfados ajenos...
A veces creemos que el mundo se desmorona bajo los pies y es que, sin saberlo somos muy pero que muy sensibles...
Palabras laceradas, que nos hieren, miradas, que nos oprimen, gestos que, nos desarman...
Los chaparrones siempre nos cogen desprevenidos...
Salimos a la calle con nuestra mejor sonrisa y ahí, donde menos lo esperamos nos damos de bruces o con el hermetismo ajeno o un chaparrón indeseable de frases...Para esa clase de chaparrones no hay paraguas que valga, ni techo que nos resguarde...
Soluciones hay pocas que nos salven de los chaparrones de la vida, pero no olvidemos que poseemos alma de artista...Imaginación no nos falta y con ella, poder hacer grandes portentos, para aguantar estoicamente todos los chaparrones posibles...