La dicha está repleta de pequeños desafíos...
Cuando hace frío, miramos el paisaje tras la ventana, mientras afuera nos esperan el viento y la lluvia...Vale la pena salir de la comodidad y desafiar a la pereza y a los agentes atmosféricos y caminar sin rendirnos, porque precisamente ahí radica la dicha...
La dicha siempre está a nuestro lado, pero no la vemos...
La dicha son miles de cosas que no hemos hecho, más por lo que dirán que por otra cosa...
A los niños, les encanta meterse en los charcos (sobre todo cuando estrenan zapatos)...
A nosotros también nos gusta pero...Ya empezamos pensando en el dinero que nos costó el calzado y seguimos pensando en que podemos constiparnos y por último, pensamos que si alguien nos ve nos tomarán por locos...
La dicha no cuesta dinero, la dicha no llega a la grandiosidad de la felicidad y está repleta de pequeños desafíos...
El próximo día que llueva os invito a pisar charcos, con zapatos nuevos...
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