A veces nos encontramos con situaciones inauditas, que ponen al rojo vivo nuestro sentido de la sensibilidad...
Situaciones que, surgen de improviso y para las que no estamos preparados...
En uno de mis paseos pude contemplar una imagen idílica...
Una música divina se derramaba bajo la verde arboleda...
Bajo la penumbra de los árboles una multitud de hombres, mujeres y niños permanecían inmóviles...
Era la celebración de un aniversario de veinte años de matrimonio, veinte años de amor...
Las lágrimas me saltaron de forma incontenible, no sólo por la música, sino también por esos muchos años que, muy pocos saben conservar...
Es fascinante que, precisamente fuera el ocaso enrojecido el telón de fondo de esta historia de amor que, a pesar del tiempo, seguía siendo el mismo amor...
Las personas cambian, sólo el amor permanece...
La música calló para revenciar ese abrazo de veinte años de amor...
Lo demás, lo dejó a vuestra imaginación, porque la mía a rebasado los límites de la intuición...
Situaciones que, surgen de improviso y para las que no estamos preparados...
En uno de mis paseos pude contemplar una imagen idílica...
Una música divina se derramaba bajo la verde arboleda...
Bajo la penumbra de los árboles una multitud de hombres, mujeres y niños permanecían inmóviles...
Era la celebración de un aniversario de veinte años de matrimonio, veinte años de amor...
Las lágrimas me saltaron de forma incontenible, no sólo por la música, sino también por esos muchos años que, muy pocos saben conservar...
Es fascinante que, precisamente fuera el ocaso enrojecido el telón de fondo de esta historia de amor que, a pesar del tiempo, seguía siendo el mismo amor...
Las personas cambian, sólo el amor permanece...
La música calló para revenciar ese abrazo de veinte años de amor...
Lo demás, lo dejó a vuestra imaginación, porque la mía a rebasado los límites de la intuición...
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