La caricia

Abrí la vieja cancela de hierro oxidado y dejé vagar los ojos por aquel jardín abandonado...No sabría decir los años que había soñado con penetrar en aquel lugar...
Las malas hierbas habían borrado los caminos...
Cerré los ojos para imaginar: esbeltos cipreses bordeando senderos de grava y bajo los tilos centenarios un banco de piedra donde reposar...
Las ensoñaciones duran poco, normalmente van y vienen...
Avancé entre la maleza, contemplando más el silencio que el entorno y allí, en un recodo, tropecé con su mirada...Era un busto de mujer ennegrecido por el tiempo, cuyo rostro estaba enmarcado por brotes de hiedra.De sus ojos, dos cuencos vacíos, asomaban gotas de rocío, que parecían lágrimas humanas...
Rocé con mi mano ese rostro frío, carente de vida y en ese instante, sus ojos se llenaron de un azul intenso y me miraron...
Una sola caricia puede obrar un milagro...

El problema del gato

Cuando llega la noche la mayoría de los humanos se prepara para dormir...
Ahuecar la almohada, es todo un ritual y también lo es cerrar puertas y ventanas...
De camino al dormitorio nos vienen todas las preocupaciones...
Volvemos a repetirnos una y otra vez que, esa puerta que chirría mañana sin falta la engrasaremos porque, si hay corriente de aire la puerta, maúlla como un gato y los niños se levantan automáticamente de la cama, para poder ver al gato, que en realidad es la puerta...
¡Cualquiera se pone a explicar a las tantas de la madrugada el lío ese de la puerta...!
Como decía, irse a dormir suele ser mas complicado de lo que parece, porque es cuando la memoria adquiere dimensiones descomunales...Que si la hora con el médico ha pasado, que si los yogures han caducado ...
No podemos pretender dormir con el enorme peso de lo que la memoria nos sugiere...
Hay que apagar la luz con la elegancia de un hombre de bien y en la oscuridad, empezar a planear nuestro castillo particular, sin puertas, claro...

El montón

Quisimos distanciarnos del montón, quisimos ser diferentes y si alguna vez lo conseguimos no pudimos estar de acuerdo con nosotros mismos...
Si lo nuestro era chapotear en el agua, el montón permanecía en la orilla, si lo nuestro era escalar una montaña, el montón permanecía en la ladera...
Los otros no podían comprendernos y el "yo" personal era todo un triunfo...
Solo después de algún tiempo caímos en la cuenta de que, aquellas risas distanciadas, nos herían...
Solo entonces nos arrimamos a ese montón homogéneo de seres humanos y sin darnos cuenta aprendimos a permanecer en la orilla, a escuchar y ser escuchados...
Sin darnos cuenta aprendimos a permanecer en la ladera y compartir lo bueno y lo malo de la vida...
El montón somos todos, todos somos del montón y no hay alternativas...

La música

La música me llegó de un lugar lejano...Era cadenciosa, sin altos ni bajos, era una continua repetición de notas, que parecían flotar como pompas de jabón, expandiéndose entre la exuberancia del paisaje oscurecido...
La música hablaba, sin hablar, se filtraba entre el verde ramaje y estando como estaba en un lugar lejano se hacia tangible...
El rocío de la noche fue cayendo poco a poco sobre mis hombros y la música me ofreció un sutil mando elaborado con las notas...Me cubrí con ese multicolor manto, de tonos suaves y melódicos, me deje envolver por él...
Era la media noche cuando la música enmudeció y fue entonces cuando, una brisa tibia se llevó en volandas el manto que me cubría...
La música es, todo el Universo y sus notas  flotan en torno a nosotros como pompas de jabón.Sólo hace falta prestar atención para escuchar la enigmática cadencia de su música...

Mi amigo...el árbol

En el fondo del jardín hay un árbol corpulento...
Muchas veces me he abrazado a su tronco,donde líquenes lustrosos me regalan su intenso verde...
En las noches de verano, las hojas de este árbol, se estremecen al menor roce de viento...
Siempre he pensado lo placentero que es conversar con los árboles de nuestras nostalgias y sueños, de nuestros pesares y alegrías...
Crecimos al unisono, pero él (el árbol) creció mucho más aprisa buscando el azul del cielo, la luz y el vuelo de los pájaros, mientras nosotros estábamos anclados en el suelo...
El silencio del árbol es la elocuencia de palabras silenciadas y caricias esperadas...
Es el árbol, el gran incomprendido, muchas veces talado o quemado...¡Pobre amigo!.

Un paseo

La gran biblioteca estaba desierta y sus largos pasillos parecían las calles de un pueblo deshabitado...Contemplando la gran cantidad de libros que me rodeaban, presentí que todo ya estaba escrito, que cada palabra mía estaba dentro de cada libro, cada pensamiento y cada argumento seguramente ya estaba plasmado, por alguien que se me había adelantado...
El desaliento, atravesó con arrogancia uno de aquellos largos pasillos y se acomodó a mi lado...
Dejarse caer en los brazos del desaliento es fácil muy fácil...
Por suerte, hallé una silla donde sentarme y sin pensarlo saqué mi pequeña libreta y  comencé a escribir...
Las risas y risitas de los grandes escritores comenzaron a salir de las páginas de los libros, mientras el desaliento se reía a carcajadas...
Y como podéis ver, aquí estoy, desafiando a toda una biblioteca y todo para estar con vosotros...

Vamos o medio despiertos o medio dormidos

A estas horas de la noche, vamos medio despiertos, aunque sería mejor decir que: vamos medio dormidos...Esas luces rutilantes de los pueblos dan la sensación de estar en un mundo inexplorado...
La carretera se nos antoja una cinta metálica, carente de sentido...

El sueño nos ronda, como si de un enamorado se tratase, mas no podemos dejarnos seducir por él...
En estos momentos ni siquiera las preocupaciones pueden invadir nuestra mente...
La oscura carretera insinúa perfiles de montes, que se van quedando atrás...
Todos nuestros sentidos titubean y aunque estamos medio dormidos, vamos despiertos...
Después, cuando lleguemos y paremos el rugido del motor caeremos en la cuenta de que hemos luchado como auténticos guerreros...
En la vida real, vamos medio despiertos, aunque sería mejor decir: que estamos medio dormidos...