La idea

El escritor es tal vez el hombre que va constantemente a la caza de ideas...
La idea es, una luz intermitente que se enciende en nuestro cerebro...Podemos o no podemos trabajarla...
A veces nos avisa y otras nos da una clarividencia que no hay forma de saber de donde nos llega...
La mayoría de los humanos no son conscientes de sus resplandores interiores...Muchos apagan de un soplo todo atisbo de luz...
Sin embargo, la idea siempre está ahí con nosotros para echarnos una mano, sobre todo en las dudas...
Un libro, más que frases, es un conjunto de ideas trabajadas desde nuestro interior .

La idea da mucho de si...

Una pequeña llama puede convertirse en una gran hoguera...

Quisimos

Quisimos haber sido un río de aguas caudalosas, o un riachuelo perdido entre montañas, más sólo somos humanos avanzando en el vasto oceano de una tierra, que se nos antoja extraña...
Quisimos haber sido árboles a la vera de un camino, más somos humanos desandando caminos...
Quisimos haber sido aves de alto vuelo, pero somos humanos con los pies en el suelo...
Quisimos haber sido nubes, o ser etéreos, más bastante trabajo ya tenemos con ser lo que somos...
De todo cuanto quisimos ser no somos nada...somos nada más y nada menos los dueños de nuestros actos,
reyes de la creación...somos la raza humana...

EL silencio

                                                                     
El silencio nos sorprende muchas veces con su parloteo incesante...
Dicen que, el silencio viste de negro, pero su vestimenta trasluce el fondo de nuestros sueños. Refleja como en un espejo nuestro estado de ánimo...
Lo cierto es, que al silencio nadie lo quiere porque, más que callar, habla...
Su conversación es directa, pues al conocernos tanto, sabe de que pie cojeamos...Le gusta instalarse a nuestro lado, cojernos desprevenidos, cualquier ocasión es buena para él...Desde la sala de espera del médico, o la cola del cine...
Sabe tantearnos a su manera silenciosa, sabe hablarnos, pues es un gran conversador...
Todos llevamos al silencio a cuestas, su peso es ligero, gracias a él encontramos soluciones, aprendemos a conocernos...
El silencio está poblado de sonidos...Y si no: escuchen...

Una razón

Hay que buscar una razón para seguir caminando y aunque la noche nos cubra, saber que, en todo camino siempre habrá esa lejanía que, desde siempre nos ha estado esperando...

Perseguimos lejanías en busca de esa hoguera que, aún humea y que ninguna tormenta extinguió...

Es tiempo de seguir buscando con el corazón en vilo y el cuerpo estremecido, sin perder la pasión por vivir, ni perder nuestro norte...

Es tiempo de buscar la razón oculta de la desazón, del llanto fácil, de los sentimientos de temor...

Simplemente hay que buscar ese pliegue oculto de nuestro ser, donde se esconden; la confianza y la alegría, el ánimo sereno y la profunda dicha de sabernos caminantes...
El sauce no llora de pena, llora simplemente de emoción...

La duda y la certeza

La duda nos oprime y la certeza nos libera...
Tenemos demasiadas dudas y muchas no son del todo nuestras, sin querer las hacemos  propias...
El peso de la duda, ya sea ajena, nos produce una gran desazón...
Muchas dudas pueden llegar a ahogarnos en la incertidumbre...
Pero por algo el ser humano está dotado de la razón y esta conduce a la certeza de soluciones posibles...
La certeza de saberse capaz ya es de por si la solución a nuestras dudas...
El esfuerzo y la constancia  pueden darnos como resultado muchas certezas...

Don Nadie

Podemos caminar rodeados de gente, pero los demás no son -nadie- con los que podamos contar...
En una aglomeración seremos -nadie- para la muchedumbre que nos rodea...
Nuestra voz queda silenciada en medio de otras voces...
Si algun día aprendemos a caminar sin compañia, podremos comprobar que nuestra palabra es sagrada...
A nuestro paso, los árboles, silencian su rumor, las nubes  callan...Sin darnos cuenta reverencian nuestra presencia, tenemos identidad propia, ya no somos; Don Nadie...

El Pintor

Las nubes hechas girones fueron en busca del horizonte hasta fundirse en la lejanía azulada...

El pintor miró la paleta de colores y se dispuso a plasmar la maravilla de aquel amanecer. Quería plasmar la luz para hacerla prisionera de su arte...

Entre el pintor y el pincel existía una gran complicidad y así fue como los dos se negaron atrapar el resplandor de aquella luz que nacía y se ensanchaba...

Y fue en este instante cuando el hombre-pintor presintió que otra luz entraba en su mente...Esa luz era nada menos que: la inspiración...

La inspiración a veces surge por oleadas y otras, de puntillas...