Aunque nuestra vida sea una realidad, lo abstracto llena buena parte de la vida. Lo que no vemos, sentimos o intuimos, forman parte de nuestro día a día...
Sin darnos cuenta, anulamos emociones e incluso no nos damos cuenta de la dimensión de nuestra vida...
La dimensión personal es cambiante y a veces resulta agobiante vernos en lo que somos, no por nosotros sino por los otros...
Como somos bastante abstractos, lo nuestro es lo inexacto de los deseos, pensamientos y la sensibilidad apenas llega a la mente...
La elocuencia no es lo nuestro, lo nuestro es el silencio. Un alto muro, donde guardamos múltiples conocimientos, que para vivir la vida no nos hacen falta...
Lo más importante es; vivir los profundos sentimientos, que aún sin conocimientos pueden darnos la emoción de vivirlos plenamente en nuestro corazón...