Quisiste volar muy alto, hacia las cumbres del cielo para contemplar el duro suelo de nuestro planeta...
Y te sentiste flotando entre las nubes de ámbar con el viento acariciando tus alas...
Lo sorprendente no estaba en la altura, lo sorprendente era el batir de tus alas, que buscaban incansables horizontes y mares en calma...
Por buscar, que no se quede hoy tu corazón dormido...
Lleva siempre contigo esas alas y déjalas volar. Sólo ellas pueden llevarte a los sueños hechos realidad...
Aprenderás a volar, cuando sepas soñar...
No hay comentarios:
Publicar un comentario