Fronteras de la vida

Cuando crucemos nuestra frontera, comprenderemos que los del otro lado eran como nosotros: amaban , reían, sufrían, nacían y morían... 

¿Estamos locos?

Un ser humano normal ya tiene en si algo de locura. Aquí os escribo solo algunas locuras resumidas: la locura de la noche movida, ya sea bailando o en la cama. La locura de la nevera vacía, que nos hace salir corriendo aunque esté lloviendo. La de tu alegría reprimida y de tu vida exprimida. Si no estás un poco loco, nadie te comprenderá así , que lo de ser cuerdo déjalo para el recuerdo. La locura se aprende del día a día, sobre todo cuando salimos de la rutina o nos cansamos de nosotros, que es cuando aparecen los otros: los locos de verdad y como estar un poco loco está de moda, ya no nos incomoda...

La catedral del alma

En la catedral del alma hay que andar a paso lento. En la catedral del alma no hay ladrillos ni cemento y por la gran puerta jamás entra ningún viento. La penumbra siempre evoca olvidados sentimientos. En la catedral del alma los bancos están desiertos, sólo la música derrama, las notas del alma humana. Una extraña claridad anula la oscuridad de todos los sufrimientos.

En el alma todo es discreto y el ser humano siente ser un profundo pozo de pesares y de gozo. En la catedral del alma, nadie ha podido entrar, solo la música de nuestra alma llena el altar y se desvanece todo el miedo, toda ansia y temor y en nuestro altar hoy sufrimos, sin saber porqué vivimos. En la catedral del alma ningún viento puede entrar . Sólo la paz y la calma van llenando el vacío y el hastío y se van curando las heridas, que hemos recibido.

Lo que más necesitas

En tu fondo personal hay la profundidad de un mar y su azul puede hacerte soñar. No te confundas con ese mar y la realidad. Sal de él de vez en cuando y comprueba, que no es soñando ni nadando dónde aprenderás a andar. Necesitas una playa para edificar un castillo de arena y ver cómo una ola se lo lleva. Compáralo con lo que sueñas y comprobarás, que lo que más necesitas es andar por las calles de los pueblos y la ciudad, porque es ahí dónde ver la realidad.

Inteligencia

Cuando se tiene el corazón a rebosar y hemos de guardar silencio...El silencio siempre es una cura de emergencia de nuestra inteligencia

El centro

 El Universo no tiene problemas el problema es nuestro, que queremos ser el centro del Universo.

La señal

Resumiendo lo esencial nos quedamos con lo insustancial de soñar y nos lanzamos a la locura de vivir de lo irreal. Se ha ser osado y buscar en la propia realidad el arte que tenemos de cantar porque si cantamos es porque no hemos perdido el ansia de vivir. Existir ya es un canto a la vida y es el resultado de nuestra alegría y aunque creamos que hay otras cosas más esenciales, la alegría, la ironía son señales muy positivas, que alivian las heridas de la vida .

La arena de nuestro propio desierto

En la quietud todo nos inquieta y mientras intentamos elevarnos y calmarnos aparece el pensamiento con su dosis de sufrimiento. El pensamiento es, la arena de nuestro propio desierto. Mientras la quietud lucha por llevarnos a la plenitud, dónde se anulan los desalientos.

Si...

Si no te gusta este día triste y oscuro. Si te molesta la tos de quien está a tu lado, la voz del vecino, la manera de caminar de aquel, la mirada del otro, ese ruido, aquella temperatura, esta actitud, aquella reacción. Acabarás rodeado de enemigos por todas partes...

Ganar una guerra

Todo puede ser un gran sueño, según lo soñemos. Todo depende de todo, pero muchos métodos nos hacen dudar. Tú mismo eres ya una duda y la mayor duda siempre serán los otros. Seas quien seas , lo que te va mejor es tu forma de pensar y sobre todo actuar. Quizás debas saber, que ser valiente sin armas cuesta mucho. Tienes en ti una gran compensación : tu corazón y en el un fuego que no quema. El mejor sistema para ganar un guerra y vivir mejor...

Buscar

A veces encontramos lo que no buscamos, un ejemplo: Salimos del trabajo y nos encontramos con los colores del ocaso. A pesar de la prisa y el cansancio, nos detenemos. Estamos ante lo que nunca hemos buscado. La misma vida nos pone los decorados que necesitamos .

Dos vertientes

Vivimos y nos movemos entre dos orillas, de manera que siempre hemos de adaptarnos a la vertiente que nos toca vivir y aunque lo ignoremos estamos adaptados para todos los cambios. El problema nos llega cuando no damos sentido a las vivencias de cada vertiente de nuestra vida y hay que tener en cuenta que: no siempre lo negativo es negativo, ni lo positivo es siempre positivo porque muchas vivencias las vemos como espejismos. La existencia nos lleva constantemente a dos orillas diferentes. Estoy hablando de las circunstancias de lo real de la vida y si a esto añadimos lo invisible que hay en nosotros ( y los otros) nos daremos cuenta de que en el día a día vamos de orilla a orilla sin vernos, ni ver a los otros...

Amor

Al amor no le hables de sabiduría, porque esta llega con los años y no te comprendería. Al amor solo hablale de amor.

Extracto de una guia ciclista

Hay días que uno está dispuesto a todo...

No, no abandonaré en esta cuesta. 

No, levantaré la nariz del manillar. 

No dejaré que el pelotón parta sin mi.  

Todos los campeones dirán, que esos momentos son difíciles, terribles a veces, pero también es muy hermoso llegar a superarlos. 

Intuir

Si nada nos sirve para parar la guerra es porque intuimos, que la fuerza no es la solución .

¿ Porque no usar solo el corazón ?

Dónde no hay palabras

Canta a media voz la música, que necesita tu corazón y deja que la luz del ocaso diluya las sombras de tu alma y que tus pasos te lleven a esa playa, dónde no hay palabras y canta...

El tapiz

Cuando todo se ha perdido se ha de empezar a buscar el equilibrio en un hilo y ponernos a hilar en nuestro tapiz interior, que nos dará el saber estar con nosotros mismos. A partir sólo de un hilo, podremos crear más de lo que hemos perdido. Serán noches y días de cansancio infinito y a veces el resultado es invisible. Sin embargo , ese trabajo constante de hilar nos hará verlo todo distinto y esto tambien es válido para los que nada han perdido.

Lo vivido, lo pensado y lo soñado

Siempre resistimos a la tentación de volver, pero siempre volvemos a ; lo vivido, lo pensado y lo soñado. Nos gusta volver a lo que hemos amado, volver a pensar en los abrazos y nuestro mejor sueño está en la calidez de aquel regazo, que nos acogió con su calor.

El equipaje de la vida

Con el tiempo y en el tiempo se sufren muchas transformaciones. Nuestra piel acusa los agentes exteriores y el corazón aunque sea una máquina es de una sensibilidad sorprendente, por donde pasan todas nuestras vivencias. Nuestros sentidos van a cien por hora, así es natural querer vivir la vida a tope. Queremos sentir: todas las emociones, viajar, coronarnos de gloria y exponernos a todos los peligros como si con ello pudiéramos saciar nuestra sed de infinito. Sin embargo, el dolor no entra en nuestro plan de vida.

Sin darnos cuenta vamos dejando por donde pasamos algo de nuestra luz, algo de nuestra esencia, que es la verdadera razón de la vida. El equipaje de nuestra existencia nos pesa de tanto acumular personas y cosas...

¿ Corremos ?

 Está amaneciendo y muchos ya están corriendo, pero no todos igual. Unos corren para conservar el tipo, otros para lucir su nuevo equipo. Entre los que corren nadie mira el amanecer con la mejor panorámica del sol , que cada día nos hace renacer .