No creo en los marcianos, sino en los seres vivos más locuaces y expresivos. El reino vegetal es un mundo singular, que sabe sintonizar con nuestro estado personal. Un claro ejemplo son los árboles de los que utilizamos su madera y nos olvidamos, que son seres de gran sensibilidad. Al río le quitamos el agua y la poca que le queda aun canta, porque su canción tiene conexión con el paisaje y ese hilo de agua hará que muchas aves no mueran de sed.
Todo depende de lo invisible, que hace posible lo positivo y todo y todos estamos unidos con la naturaleza.