La visión de un pueblo en lo alto de una colina parecía haber salido de las páginas de un cuento...
Por algo me dijo el corazón que debería parar, precisamente en ese lugar, que pocos paran...
Los instantes mágicos de la vida, no deberían dejarse pasar...
Muchos dirán: - En este pueblo no hay ni un bar, ni cobertura para el móvil -...
Pues bien, yo paré y bajamos del coche, dispuestos a ver un mundo, que aún estando en este mundo era el fiel retrato del paraíso....
El bar del pueblo era una fuente y la piscina del pueblo era un río transparente...
En la vida nos tenemos que detener continuamente para ver esos mundos mágicos, que están dentro del nuestro...