La guerra y la Paz siempre están en nuestras vidas. Por un lado son las heridas, que nosotros nos hacemos y cómo de los otros somos los incomprendidos. Y no comprendemos sus motivos, iniciamos nuestra guerra en frentes distintos. Lo primero que hacemos es: ignorarlos y evitarlos y aquí comienza la lucha de los sentidos, que se procura no estar ociosa. Por eso por la noche nos ponemos a combatir y al no poder dormir, empezamos a construir el muro, que nos pueda dividir...
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