Nuestro sistema es, el eterno sistema.
No es ninguna novedad es más bien la copia de los demás y así vivimos sin vivir, tras la muralla que nos hace resistir y sin ver el sol, cuando el sol siempre ilumina nuestro yo. Al bajar a nuestro abismo, nos damos cuenta, que el yo complejo y concreto vive en un desierto, donde la novedad está en que, somos viejos, sin serlo y que además nos desconocemos.
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