Bajo la penumbra estática, el pensamiento calla y dónde está el silencio todo puede suceder en nuestro ser y dónde la nada era ya no es. Inconscientemente buscamos aquello que nos deslumbra y resulta difícil acostumbrarse a la penumbra del bosque, cuyo eco es el silencio. Alejados de la prisa que nos impone la vida nos damos cuenta que aún somos capaces de sonreír y sentir, que somos humanos todavía. Todo habla y todo calla cuando la armonía está en nuestra vida. Hoy la penumbra se ha vestido de gala y presentimos, que vamos al encuentro de un amor. Paso a paso, penetramos en la penumbra de una cúpula y los árboles bañados de luz y oro parecen que nos esperan para darnos su bendición. Es el momento de las confidencias, pero no hablemos de ciencia ni de tecnología. Hablemos solo de lo que siente el corazón.
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