Tenemos mucho que decir y no lo decimos. Tenemos ganas de reír y no reímos. Tenemos ganas de llorar y sin embargo cantamos. No estamos en donde estamos y continuamente nos alejamos de cuanto sentimos. Cada gesto personal contiene un texto y hay que ser como uno es para que no hagamos de nuestra vida lo que no es. La mayor dificultad está en no usar lo que sentimos de verdad.
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