El mundo es una gran ciudad llena de sueños y realidades, de callejones sin salida y largas avenidas, donde la prisa se cruza con la lentitud y la risa con el dolor. En esta gran ciudad está nuestra vida, donde a menudo nos sentimos como en una isla desconocida y andamos sin saber adonde vamos. Siempre buscamos migajas de felicidad, porque muchas calles de nuestra vida no tienen salida y por si fuera poco nos encontramos con tantos huérfanos de amor, que no llegamos a comprender como hay tanto dolor. Caminamos y trabajamos casi por obligación y al cruzarnos con otros humanos, los ignoramos.
Así no es raro, que muchos se sientan decepcionados del amor y de los sueños. Cuando la ciudad duerme en los callejones sin salida hay luces encendidas. Son las luces de las vidas olvidadas y desconocidas, que dan luz a otras vidas.
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