Buscamos un lugar, donde la luz no ciegue nuestros ojos, un lugar de silenciosa armonía, para buscar soluciones...
El claroscuro de la arboleda nos seduce, hasta el extremo de que: nuestros problemas, dejan de serlo...
Nos hallamos cara a cara con nosotros mismos, un problema ineludible, que no puede confundirse ni mezclarse con otros problemas del exterior...
Sin saberlo, somos la causa remota o cercana de que, los demás o nosotros no encajemos en el complicado puzzle de la vida...
Buscar ese lugar de silenciosa armonía, supone encontrarse cara a cara con nosotros mismos...
Os animo a buscar ese lugar...
El claroscuro de la arboleda nos seduce, hasta el extremo de que: nuestros problemas, dejan de serlo...
Nos hallamos cara a cara con nosotros mismos, un problema ineludible, que no puede confundirse ni mezclarse con otros problemas del exterior...
Sin saberlo, somos la causa remota o cercana de que, los demás o nosotros no encajemos en el complicado puzzle de la vida...
Buscar ese lugar de silenciosa armonía, supone encontrarse cara a cara con nosotros mismos...
Os animo a buscar ese lugar...
No hay comentarios:
Publicar un comentario