Con el alma hecha pedazos. buscamos ese lugar
de acogedora armonía, donde poder dialogar, uno frente al otro...
Sin embargo, el silencio no se rompe, es como una cuerda tensa
que se bambolea al viento...
Escuchando el aliento del otro
nos hacemos conscientes de su presencia...
Contemplando su laxitud tenemos ya la idea del desencanto...
Y nuestro corazón va tras el viento y aunque tenemos el alma rota
ese ser humano tangible, no nos dice nada...
Buscamos un lugar con armonía para dialogar sin tener que escuchar...
Triste realidad...
de acogedora armonía, donde poder dialogar, uno frente al otro...
Sin embargo, el silencio no se rompe, es como una cuerda tensa
que se bambolea al viento...
Escuchando el aliento del otro
nos hacemos conscientes de su presencia...
Contemplando su laxitud tenemos ya la idea del desencanto...
Y nuestro corazón va tras el viento y aunque tenemos el alma rota
ese ser humano tangible, no nos dice nada...
Buscamos un lugar con armonía para dialogar sin tener que escuchar...
Triste realidad...
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