Aunque no lo veamos estamos rodeados de espacios vacíos, donde los polos opuestos que somos creamos un Cosmos de ; hielos, tormentas y fríos.
Mientras, el Universo nos da cada día, la calidez del amanecer y la oscuridad de la noche para poder descansar.
El Universo toma nota de la acción del hombre, sobre esta pequeña esfera llamada: tierra...
El descanso nos relaja demasiado y ese demasiado nos deja extenuados. Lo que nos conviene más es; amar porque nunca se ama demasiado...
Cuando el día se acaba, el hombre se siente herido del cansancio del camino y en la penumbra renacen mil sentimientos dormidos, dónde intuir horizontes y caminos.. .
Caminos y caminante, manos tendidas al viento, que esperan infatigables...
Como de pensar siempre pensamos más de lo normal, rebasamos la frontera personal. Es mejor; tomarse tiempo y no sucumbir al desaliento y ver no solo lo que vemos, sino mirar más lejos y solo con ver las nubes pasar el pensamiento puede hacer cambiar a positivo lo negativo.
Las nubes pueden ser el motivo, que de hecho ya usaban los hombres primitivos. Las nubes nos inducen a ser creativos de los sentidos, que a menudo nos olvidamos de usar.
Los sonidos son amigos, que caminan contigo y en el cansancio te dan descanso. El sonido del mar, es capaz de llegar a tu profundidad y darte motivos positivos.
En la vida todo son sonidos, que tienen sentido y si los sabes escuchar pueden llenar tu soledad. La soledad es sonora y también sabe hablar y su palabra está personalizada.
Todo ser humano es una llama, que al menor roce se inflama. Hemos de ser, ciegos, mudos y sordos y usar solo el corazón para dar y recibir amor.
Todo tiene su trasfondo, negativo o positivo. Todo es motivo para ser analizado y nosotros somos el resultado de: lo vivido y lo pensado. Solo el corazón da el verdadero significado muy distinto de lo pensado y calculado.
Cuando todo calla, nos acompañan; los recuerdos y los sueños y nos admiramos de poder verlos tan cercanos y a la vez tan lejanos. En el claro amanecer ante ese paisaje de nubes y claros sentimos la presencia de otro ser, cuya elocuencia no podemos comprender. Es sin duda el resultado de, que estamos rodeados de seres humanos, que descubren montañas , que son concurridas y en ellas hay vidas humanas.
En nuestra escala de valores los ceros no cuentan, pero si nos valen las noches en blanco y el esfuerzo y eso aunque los demás solo vean nuestros ceros.
De llegar llegaremos...
Somos un paisaje andante y por donde pasamos podemos repoblar muchos paisajes humanos...
Emociones y sensaciones son luces interiores de uso personal y crean en nosotros, la novedad.
La sensibilidad es también una sensación, que nos hace tocar el cielo y nos evita la soledad del camino.
Sentir es también una parte importante de vivir el instante y nos hace intuir, la gran fragilidad que impone el vivir.
Así mientras vivimos vienen a nuestra ayuda las emociones y sensaciones y nos dan resplandores, sacándonos del exilio de los problemas y sistemas del mundo en que vivimos.
No dejes que el corazón escriba líneas torcidas, que vivir con ilusión es importante en la vida.
Como muchas frases las cojemos al vuelo, cambiamos el sentido de muchos textos y si a eso añadimos la imaginación, sacaremos de nota: un cero.
Cercanías y lejanías pocas veces se dieron la mano y cada uno en su camino se volvieron seres solitarios. Sin embargo, lejanías y cercanías se miran y se sonríen porque: nadie es partidario de cruzar el páramo de la vida en solitario.
Conviene recordarnos, que estamos en un planeta llamado, tierra, un lugar al que podemos llamar, hogar. Un lugar familiar, donde a menudo la dispersión y el vacío llenan el corazón. Mientras en la tierra está la hoguera de la guerra .
Conviene recordarnos, que tenemos ojos para mirarnos,brazos para abrazarnos. Conviene recordar, que el corazón no solo sirve para darnos vida y amar, sino también para crear en nosotros; los surcos de la paz.
Esos pequeños sueños, que llenan la mente y que poco a poco van diluyendo nuestra ilusión. Son como niños, que juegan con la ternura del corazón.
En el cansancio lo que más hay es: oscuridad e incomodidad y es a través de la oscuridad donde encontrar, un amanecer, que es cuando los cinco sentidos nos dan aviso, que el cansancio excesivo puede quitarnos; el saber estar y ese amanecer, aunque sea imaginario tonifica la mente y fortalece el cuerpo cansado. Todo nos llega del pensamiento, que es: un sargento y no quiere, que estemos quietos.
Espera el mañana con una nueva ilusión y si el tren se te escapa, siempre te quedará el amor...
Cuando la noche cubra las olas, cuando te sientas desfallecer: sueña con la playa de arena blanca, aunque te llegue el anochecer.
Camina sin descanso y cada paso será como un abrazo, que la vida te dará y sentirás, que el trabajo puede vencer al fracaso.
Camina hacia el futuro para, que puedas llegar lejos.
Camina, renovando a cada instante, la alegría en el combate de la vida..
Llegar, no es viajar a otro lugar es; dejarse caer en el abismo personal y descubrir un nuevo universo complejo y concreto, donde el ser humano es solo el boceto de lo que quiere ser.
Hemos buscado el camino del encuentro y un horizonte en silencio nos da la idea de; la soledad y oscuridad de ese camino incierto y ahora sabemos, que la vida puede ser un desierto donde lo más difícil es: el encuentro con otro ser.
Sin embargo, si miramos cerca nuestro veremos a otro humano, que busca precisamente ,lo que nosotros buscamos: romper el silencio, llenar la soledad e iluminar la oscuridad y todo para llegar a ese horizonte donde nos podamos encontrar.
Cuando el ser humano duerme, se aquietan las luchas del día a día y las mareas interiores se sosiegan. El ser humano dormido es cómo un bulto uniforme, casi irreconocible, cuando en realidad el hombre en pie da su verdadera talla humana pero siempre si es verdaderamente humano.
El despertar ya es otra cosa y varia en cada persona y nos da verdaderas sorpresas inesperadas. En el momento que abrimos los ojos entramos en una fase compleja y delicada y aunque despertar nos sugiere el encuentro con la luz, hemos de recordarnos, que venimos de los hombres de las cavernas y en algo nos tenemos que parecer.
Después de la oscuridad y de habernos pasado la noches en distintos decorados y paisajes, el mundo real nos impacta, aunque salgamos de la cama a cien por hora. Sin darnos cuenta pasamos por un pequeño apagón o sea: no las tenemos todas con nosotros y he aquí; el mal humor o el demasiado buen humor, es sin duda un apagón en toda regla. Poco después ya seremos nosotros mismos, los minutos solucionan el despertar y nuestras luces personales ya están preparadas para ser usadas...
El problema no es el problema, son los problemas acumulados los, que saturan la forma de pensar, sobre todo cuando dibujamos mapas, que nos son ajenos y nunca los podremos andar. El problema siempre nos hace dudar y si estamos dudando, no hay margen de tiempo para calmar la ansiedad y ni siquiera utilizamos el tiempo para ver con claridad. Si estudiamos nuestro misterio veremos, que el problema y los problemas han sido creados por nuestro propio sistema y un sistema ya nos convierte en un problema
Lo emocionante no es saltar al vacío sino, llenar nuestro vacío. Los vacíos sugieren ser llenados y con el tiempo, de la nada surge una nueva isla.
Y no es lo mismo saltar al vacío, que saltar a esa isla, que hemos creado, donde reunirnos con nuestros amigos...
Planificamos nuestro día y planificamos nuestra noche y nadie puede cambiar nuestro modo de pensar. Por eso a veces dormimos por el día y por la noche salimos a bailar. O sea, no nos vale planificar. Somos como una veleta, que siempre se mueve con el viento o los vientos que no dejan de soplar.
Buscaste un refugio, soñando un futuro.
Buscaste en tu guerra, la paz y sin darte cuenta se abrió un horizonte, que llenó tu vida de ansia de amar.
Silencio gritado a voces.
Silencio roto en pedazos.
Hombres que nunca volvieron por mucho que se esperaron.
Silencio de valles verdes, dónde los hombres amaron y en el silencio oímos su eco...
A veces buscamos el sueño perdido en las circunstancias que hemos vivido, sin darnos cuenta de que damos vueltas en una feria, donde imágenes y sonidos nublan los sentidos. Si el sueño no llega, echamos mano a ese camino mil veces andado y lo repetitivo no nos devuelve el sueño perdido.
Dormir es; olvidarse de la propia historia y mañana será otro día...
