No hay nada mejor, que motivarnos y motivarlos a ellos (los niños) conjuntamente y de forma placentera por las dos partes...
Lo de leerles cuentos resulta impersonal, ellos quieren que nuestra voz sea la voz de nuestra imaginación, nacida de nuestra mente...
Y nuestra mente agradecerá sacarla del sopor de la rutina y del trabajo diario...
Resulta asombrosos los beneficios que aporta un cuento por entregas, elaborado por nuestra mente, día tras día...
Esa tregua que les damos y nos damos puede aportarnos y aportarles una gratificante espera, sobre todo para nosotros, que vivimos anclados en demasiados desafíos e inquietudes...
Como compensación a nuestro pequeño o gran esfuerzo en idear , el niño aprenderá a interactuar con nosotros e incluso nos puede dar el desenlace, junto con la motivación de la ilusión...
Lo más sorprendente seremos nosotros, sorprendiéndonos como cambia nuestra visión de la vida...