Somos todo lo inimaginable; queremos tocar, palpar, gustar.
Queremos comprobar texturas, ver colores y no nos conformamos solo con mirar, necesitamos pisar el terreno vedado e incluso no nos importa pisar ese prado recién estrenado de la primavera.
Queremos lo que no vemos o sea: lo inimaginable, lo poco probable y lo que no es indispensable.
Queremos lo más caro y lo más raro, aunque solo sea; para poderlo mirar, poderlo tocar para luego poderlo comprar...
Estamos compuestos de: agua y barro y corremos el riesgo de que las circunstancias se lleven el barro, que es en realidad lo que nos hace más humanos.
Si no puedes ser feliz, intenta otra forma de vivir. Si no puedes cambiar, intenta cantar. Si no tienes voz, mira y contempla y verás que la felicidad no es un lugar, la felicidad está en ti y quiere que seas feliz.
Lo que cuesta no es aparcar lo, que cuesta es o poder salir del coche y no poder moverlo ni un centímetro más o sea: no tenemos movilidad. Algo parecido a cuando perdemos el sentido de la realidad y vivimos sin poder dar marcha atrás.
Hay que volver a empezar para encontrar la respuesta, que casi siempre nos llega cuando estamos perdidos. La contradicción es: que no estamos perdidos sino confundidos de tanto pensar... Sin embargo, sin pensar amanece y vemos que todos los problemas pueden esperar.
Cansado de luchar por tantas cosas, cansado de andar tantos caminos, el ser busca sin cesar en los peligros, el agua, que pueda llenar su honda sed de: Infinito.
El viaje personal es el, que sin movernos de lugar nos hace ser viajeros de un mundo de misterio: el nuestro. Será una novedad poder contemplar maravillas, que permanecen escondidas y están en el fondo de nuestras vidas. Hay que tomarse tiempo para comprender nuestros pensamientos, para solo quedarnos con lo esencial, que es lo que nos da la visión total del viaje personal.
Lo que llevamos dentro es; un pueblo entero, necesitado de un experto capaz de transformar una ruina en una gran ciudad. El viaje a nuestro interior, puede cambiarnos la visión y nos puede ayudar a vivir mejor.
Amar, palabra mágica, bálsamo que siempre cura el dolor y la amargura.
Amar es encontrar el sentido de la vida, es dar y recibir la confianza perdida y compartir alegría.
Sabemos donde estamos e ignoramos adonde vamos. No estamos ciegos, estamos cegados por lo que vemos o imaginamos. Todo nos causa tensión y perdemos la emoción y lo que es peor; queremos llevar la dirección de nuestro Yo. Nos movemos en el caos y así aumenta el cansancio en un espacio vacío y frío, sin saber en donde estamos y adónde vamos.
En silencio la noche avanza y todo calla. En silencio el hombre vive porque: sin decir nada, nada arriesga. En la naturaleza la noche se transforma en un amanecer.
Todos somos una noche con posibilidad de ser un amanecer y lo difícil no es la oscuridad, sino la claridad total.
Hablando con las sombras de la noche, las horas van pasando y la mente humana crea horizontes en la hondura de su mar. La duermevela nos lleva hacia la luz siempre nueva de la eterna primavera. Los sueños son la aventura del hombre que está cansado.
Por los sueños, descansamos y en el sueño nos dormimos solo cuando despertamos nos sentimos agobiados de los sueños, que tuvimos.
Según sean las horas, vemos las cosas, los paisajes y las personas de una forma diferente a lo que son. Quizás esto nos diga, que las horas están vinculadas no solo a nuestras rutinas, sino también a nuestro sentido de sensibilidad.
Nuestras vidas funcionan como un reloj, que nos conecta a una rutina y sin saberlo estamos sometidos a ella inexorablemente y aquí queda claro de que tenemos un compromiso con la rutina del día a día, con el trabajo, el descanso y con las personas.
Lo que no se puede recuperar: la palabra pronunciada, un puñado de polvo tirado al viento, la vida pasada y la oportunidad perdida.
Si pensabas que eras valiente, ahora te das cuenta, que a tu fragilidad la empuja la corriente.
Quiero cantar a la prosa de la vida, ese día a día de letra sencilla, que en ningún cuaderno ha quedado escrita. Palabras pocas , que lo que cuenta es: lo simple de la vida con: sus sufrimientos y sus alegrías.
El día a día...
La realidad es andar nuestro camino, llenando el corazón de amor. El río de la vida no podrá dejar nuestra playa vacía porque: aún podemos soñar y los sueños serán una feliz compañía , que podemos hacer realidad.
Imaginemos las conversaciones, que escuchan los Océanos: unos hablan, otros callan pero se escucha su respiración , otros corren y cantan, otros lloran y ríen. Sin embargo nadie entiende a nadie, nadie entiende nada de lo que pasa.
Allí donde estemos, la palabra llega no a través del oceano, sino a través de nuestra alma porque: la palabra es el milagro, que aunque riamos o lloremos, corramos y cantemos; siempre estaremos a la escucha de las voces de todos los silencios.
No es la lucha la que nos hace ganar es, la espera silenciosa que actúa sin hacerse notar. El silencio aún sin palabras siempre dice la verdad y sin armas ni armamento, siempre nos hace ganar. El amor es el resultado de muchos silencios con otro resultado: la Paz.
Es lógico negarse a muchas circunstancias, pero la realidad nos dice: que no por negarnos las podemos evitar. En realidad la vida es un acto de rebeldía, sobre todo cuando uno no se acostumbra al paisaje de siempre y solo sueña, con un viaje a la luna.
La novedad siempre nos sorprende, aunque en realidad la vemos cómo si ya la hubiéramos visto , y todo porque no estamos hechos para sorprendernos. Cada uno de nosotros ya somos una novedad con muchas sorpresas, que además cada minuto se renueva y esa novedad que somos no la vivimos. Quizás lo nuestro sea: el misterio de los demás.
Sin embargo, existen seres donde solo se puede vislumbrar la novedad, casi siempre oculta a los demás, de una felicidad que no necesita ser millonaria porque: ya es de por si extraordinaria.
Soñando con los caminos que anduvimos, soñar con los caminos que hay que andar, soñando siempre iremos perdidos, sin saber que camino tomar. Soñando despertamos, soñando nos dormimos, sin saber porque vivimos. Después dicen : que es triste la realidad y es que soñando se pierde la libertad...
Lejos, es demasiado cerca de las ilusiones que nacieron y de las personas que se fueron. Allí donde los colores se diluyen, la nostalgia evoca los sueños que huyen y las personas, que se fueron vuelven a estar en nuestras vidas...
Cruzando la frontera de tus miedos, te has puesto a pensar y la mente se ha llenado de mil sueños, olvidando la realidad. Caminos sin fronteras, has querido en tus sueños encontrar y esas fronteras han cerrado caminos y no puedes hoy tus sueños soñar.
Somos solo una unidad entre millones de humanos y nuestra profundidad es solo una gota en medio de un Océano.
Por esos muchos son ignorados cómo seres humanos. Sin embargo, tomamos conciencia de que nuestra esencia consiste en, amarnos.
Como el mundo ideal no es un sueño con el que podamos soñar, lo creamos soñando con marcianos y quizás no estemos demasiado equivocados y existen humanos con vocación de marcianos.
Quizás veamos demasiadas películas, con tantos efectos especiales, que ya no sabemos distinguir la realidad y hasta la vemos ficticia...
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Tibia elocuencia de la andadura, donde el hombre busca la Paz. Largos senderos donde maduran los sentimientos y nuestros pasos van buscando, el encuentro. El momento de la amistad.
Para vivir y ser feliz, hemos de cambiarlo todo. La rutina y el tedio a pesar de ser lo que son, contienen el misterio de una novedad desconocida. Será bueno que confiemos en cada paso que damos para vivir intensamente nuestro estado personal, que es capaz de cambiarlo todo y es el mejor método para el cansancio.
Agranda tu espacio y busca otros espacios, donde puedas compartir la alegría de vivir.
Vive y haz vivir...
