Somos todo lo inimaginable; queremos tocar, palpar, gustar.
Queremos comprobar texturas, ver colores y no nos conformamos solo con mirar, necesitamos pisar el terreno vedado e incluso no nos importa pisar ese prado recién estrenado de la primavera.
Queremos lo que no vemos o sea: lo inimaginable, lo poco probable y lo que no es indispensable.
Queremos lo más caro y lo más raro, aunque solo sea; para poderlo mirar, poderlo tocar para luego poderlo comprar...
No hay comentarios:
Publicar un comentario