Se quedó mirando aquel paisaje, que tan bien conocía. Todo estaba en su lugar: el camino con los chopos, el río con su canción. Solo el paisaje personal había cambiado y fue entonces cuando vio a la niebla bailando y no pudo evitar quedar fascinado y se puso a cantar con el río y junto a los chopos formaron un trío muy positivo.
Quizás nosotros habremos de buscar en la vida; paisajes y lugares, que nos sugieran el optimismo y la paz.
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