Uno a uno llegaron los sueños y se instalaron en el absurdo aburrimiento y se convirtieron en el centro neurálgico de los deseos. De repente, nuestra mente empezó a galopar en una idea, que al poco decidió ser plural y todo para que el aburrimiento nos convirtiera en el centro del mundo y llegados aquí ya no estamos aquí. Somos los viajeros del absurdo del ir y venir...
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