Cuando la ciudad todavía duerme, los hombres en silencio caminan arrastrando el sueño y las pesadillas. En silencio humea la fábrica con las primeras luces del día y el hombre medio dormido y medio despierto pone en movimiento la vieja maquinaria enmudecida, al mismo tiempo, que el pensamiento inicia su parloteo.
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