Cuando alguien no acepta nuestras decisiones u opiniones y nos demuestra que estamos equivocados , hay algo que escuece por dentro y nos irrita : es orgullo que exige sus derechos de independencia o reconocimiento . Casi todos , o por lo menos muchos , muchos de nuestros enfados son decretados por el orgullo . Así un hecho intranscendente , nos produce un rencor desproporcionado que puede manifestarse de diversas formas , según gustos y temperamentos .
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