Acogernos a lo que somos, es encontrar en nosotros muchos caminos , los que andamos y anduvimos . Es descubrir la isla de los sentimientos perdidos y encontrar el horizonte infinito de nuestro ser finito. Acoger es querernos, aunque nadie nos haya querido y sorprendernos de que el sinsentido tenía sentido. En esta isla lejana de nuestra alma flota nuestra dimensión humana. No es lo que pensamos es otra cosa, es sin duda nuestra pequeñez la que ha de contentarse con lo que sueña y los sueños se diluyen en el líquido elemento del mar del desconcierto y nos quedamos solos, con nuestro ser incierto. Todos somos una duda en la isla de la vida.
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