Cuando sientas que estás en un desierto y pienses que tu batalla está perdida, toma altura y recobra el aliento, porque en tu desierto solo está tu miedo. Todo y así habrás de luchar con un único enemigo, ese que siempre has llevado contigo y eres tú mismo. En ti no hay armas, solo está el alma solitaria, una fuerza invisible. La única capaz de darte la paz .
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