Si no luchamos por el amor, la guerra estará perdida y nos jugamos la vida si vivimos sin amor. Si nos amamos solo a nosotros mismos caeremos en un abismo con múltiples espejismos, donde predominará el vacío y el frío. Si vivimos solo entregados al trabajo esa entrega no nos dará amor. Cada instante es un paisaje distinto, pero si solo vemos el que vivimos, no podremos ver ninguno más y siempre hay un motivo diferente para amar. Amar no es dar cosas, más bien es sabernos dar y nuestra entrega personal, aunque sea invisible,es capaz de conectarse con lo visible del mundo real.
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