Que estemos reunidos con la familia y los amigos, no quiere decir, que estemos unidos en todo cuanto sentimos a menudo con nosotros mismos, no rozamos el fondo de lo que somos y no por hablar diremos nuestra realidad, que es la frontera que nos separa de los demás. Nuestro yo es un abismo y ni siquiera lo conocemos nosotros mismos. Sin embargo necesitamos: ser comprendidos en el amor silenciado, los pensamientos guardados y las palabras no dichas. En cambio, escuchar a los demás nos hará comprender, que somos un mundo alejado de esos otros mundos y la contradicción es: nos necesitamos a nosotros mismos, necesitamos a los otros y ellos nos necesitan...
No hay comentarios:
Publicar un comentario