Vivimos de aquello que sentimos, que es donde está el sentido de nuestro camino y aun nos queda por descubrir horizontes desconocidos. La vida nos ha llevado a los sueños y muchos los hemos perdido, otros permanecen intactos y buscamos en ellos la razón de aquello que sentimos. En el silencio escuchamos el rumor de aquellas olas, que nos hicieron naufragar en el mar de los sentimientos y si aun vivimos, es por los sueños que aun nos acompañan por el camino. Todos tenemos en nuestro interior; un horizonte infinito, un lugar donde volver a todo lo que fuimos y hemos sentido.
Quizás no sepamos la razón de cómo todo en la vida nos ha influido, pero podemos comprenderlo todo usando la emoción del corazón, testigo silencioso de cuanto hemos vivido.
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