Cuando todo se diluye y no nos queda nada por hacer, no hay que pensar que hemos perdido . Se ha de escribir una página en blanco y escribir otro contenido con diferente sentido, donde volver a renacer. Renacer a la ilusión y a la pasión de poder contemplar lo que nos rodea. Quizás entonces comprendamos, que nos queda mucho por hacer y que nuestro verdadero quehacer es: permanecer...
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