Eso de que podemos rompernos y somos de una fragilidad de cristal, ni siquiera lo pensamos, sin embargo somos sensibles no solo en el dolor sino también en el amor. Continuamente huimos de nuestra fragilidad y no por huir la podemos evitar. Nos mostramos como héroes de películas y ahí está nuestro fallo. No somos Superman ni llegamos a ser superhombres. Solo somos de un cristal cuya fragilidad puede romperse en cualquier momento y en cualquier lugar.
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