En el ayer no habían ruinas, ni puntos suspensivos y el hombre vivía del día a día. Eramos peregrinos sin destino, pero la tierra entera era nuestra y aun siendo peregrino el antiguo ser humano no sentía el vacío como lo sentimos hoy. En el ayer, el agua estaba en todos los ríos y cantaba.
Hoy muchas canciones no tienen sentido y el agua que cantaba va desapareciendo de los ríos. Aquí añado; los puntos suspensivos para que vosotros los llenéis de contenido...
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