Buscando la grandeza, hicimos el alarde de escalar una montaña...
A medio camino ya nos sentimos desfallecer...
Nos habían dicho que, desde la cima el paisaje era grandioso y nosotros que siempre vamos en busca de las alturas, hemos hecho el supremo esfuerzo y así estamos; extenuados y con el sobresalto de la grandiosidad a nuestros pies...
Es ahora, cuando nos damos cuenta de que tanta grandiosidad es demasiado para la pequeñez que somos...
Sólo unos pocos son capaces de adaptarse a las alturas...
Se buscan siempre nuevas sensaciones y cuanto más grandes, mejor...
Sin buscarlas, las sensaciones, vienen a nosotros y por lo general son pequeñas...
Son nuestros ojos los que no las ven, es nuestro corazón insensible a las pequeñeces de la vida...
Cada día, a la misma hora contemplo a cuatro pájaros en estática postura y esa pequeñez me da tema para pensar...Parecen una familia unida y pienso en las pocas familias unidas que hay...
La grandeza está en las pequeñas cosas y las pequeñas cosas están repletas de grandeza...
Los dilatados horizontes nos seducen y el pedacito de cielo que, vemos desde nuestra ventana, no nos dice nada...
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