Crucemos la frontera

Hemos sido los viajeros de este año, que termina y muchos de nosotros seguiremos con la misma rutina de andar los mismos caminos...
Aún y así, podemos cambiar la visión de los paisajes de nuestras vidas...
En el horizonte está la emoción de la frontera, que nos separa de la alegría y aunque sigamos siendo viajeros, que el nuevo Año nos lleve a los deseos de nuestros sueños...
Cruzaremos juntos la frontera, que nos separa de los meses y los días, para encontrar un nuevo amanecer, donde nuestro quehacer sea solo: amar...
Feliz Año Nuevo...

Lo expectante

Diluirse mansamente, vaciar la mente, dejarse caer en lo expectante del instante, dejarse querer, tomar conciencia de la maravillosa experiencia de vivir, ser y sentir...
Anular la ciencia del saber...
Ser sólo un papel en blanco dónde dibujar un camino y andar por él...

Amor

En la sublime angostura dónde late el corazón, en esa región oscura está; el amor y la ternura...

Encanto y desencanto

Aunque seamos del todo diferentes. Aunque nuestra música tenga distintas notas no hay nada, que nos impida a cultivar la misma tierra. Eso de cultivar tiene su encanto y desencanto...
El encanto puede estar en el amanecer, dónde podemos coger un pedazo de cielo y hacerlo nuestro...
En contraposición; las tormentas de lo inesperado pueden quitarnos a ese cielo tan deseado. Es ahí dónde tomar conciencia de otras presencias, pues en el desaliento siempre necesitamos el calor de una mano...
Aunque seamos del todo diferentes y nuestra música tenga distinta notas, somos cómo dos gotas de agua, idénticas y aunque dudemos y callemos, nos necesitamos...

Es Navidad

Para encontrarnos y abrazarnos, el vestido de gala nos sobra, la copa llena no la necesitamos...
Mejor la copa vacía, para llenarla de alegría.

Sensibilidad

No hay asomo de arrogancia en el paisaje, dónde los árboles son los mejores confidentes de nuestra mente y de tanto pasar por el mismo camino él es un amigo que nos lleva a la libertad de avanzar...
Nada cambia de lugar, pero aún sin cambios; los árboles se visten y se desvisten como modelos expertos...
Nosotros, también formamos parte de ese paisaje pero lo nuestro es llevar un equipaje muy fuera de lugar...
A veces es la inquietud y otras un problema y pasamos por el paisaje sin entender la muda conversación del camino, que nos lleva...
Los árboles, aún sin voz nos cantan cada día una canción nueva...
Cómo no estamos conectados a las emociones, no somos espectadores de: los sonidos, aromas y colores...
Lo nuestro es ir a lo nuestro, que es siempre lo opuesto a la sensibilidad...

La música personal

Hay demasiadas canciones y demasiadas melodías, cuándo sólo nos bastaría nuestra propia sinfonía...
Somos los creadores de músicas inéditas y aún sin espectadores nuestra música nos da: sensaciones y emociones, que es una forma de encontrar la alegría perdida.