La carta

Las separaciones son siempre dolorosas...
La distancia, anula el roce humano e incluso el amor languidece...
Tomarse tiempo para escribir una carta es: todo un ritual en las separaciones...
Hay que plasmar sobre el papel todo cuanto acontece. Buscar el tiempo preciso para que la carta tenga contenido y no sea una misiva de escaso valor...
Hay cartas, perdurables en el tiempo que, se leen una y otra vez...
Nuestra mano es; la mejor herramienta para transmitir de forma personal; las vivencias, ilusiones, alegrías y sufrimientos. Nuestra propia letra es ya por si sola, de un gran valor para quien recibe la carta...
En la distancia, alguien espera todo de nosotros y no podemos defraudarlo...
Al escribir, creamos puentes que alimentan la amistad y la confianza, lazos que, fortalecen el amor...

Vivir apasionadamente

No vamos a perder la ilusión, ni la pasión por vivir...
La ilusión habrá de estar en todos nuestros caminos y es igual que siendo adultos seamos otra vez niños...
La ilusión es: cabalgar entre las olas, escalar altas montañas...
La ilusión son: los colores y el abrazo del amor...
La ilusión es: adentrarse en el bosque estremecido y contemplar el milagro de su universo escondido...
Que la ilusión de vivir siempre vaya contigo...

Tesoros

Todo ese montón de cosas que te rodean, tienen su propia historia y no siempre esas cosas son lo que se espera que sean, dentro de tu propia historia...
La presencia de lo inútil, nos pasa desapercibida, pero estamos  apegados a esa silenciosa presencia de la inutilidad...
De un viaje, nos trajimos un jarrón, cuya transparencia nos sedujo y una vez colocado en el salón comenzó a perder brillo y ahora nos damos cuenta de que, hay que limpiarlo a diario...
Un verdadero contratiempo, cuando apenas tenemos tiempo para nada...
Seducidos por el brillo de las cosas, nos rodeamos de mil cosas y todo cuanto nos rodea necesita de un cuidado exclusivo, pero seguimos con la vieja costumbre de: amontonar...
Como tener, es la ambición del ser humano, se habrá de mirar con lupa todo cuanto atesoramos...

A media voz...

Palabras a media voz, llenan de música el contenido vacío de nuestro interior...
Muchas palabras se pierden y las que se silencian son: como aves sin nido...
En ese abismo del mutismo, los sentimientos buscan el protagonismo de las palabras...
Muchas palabras, se silencian, se quedan por el camino, no llegan a su destino...
La osadía es: un lugar singular, donde la palabra ha de encontrar su lugar...
El silencio, siempre existe y como somos un mar de sensaciones, preferimos acallar las olas de nuestro mar...

Un lugar fuera de lugar

Has buscado, un lugar acogedor pero, todos los lugares son: demasiado grandes para tu pequeñez, demasiado fríos, para tu calidez...
Buscando, siempre buscando, te has dado cuenta de que: todos los lugares están fuera de lugar; en algunos hay: demasiado ruido, en otros, demasiado silencio y la grandeza de las grandes extensiones, contienen, demasiadas lejanías...

El lugar acogedor, es; difícil de encontrar...
Habrás de penetrar en la profundidad de ti mismo y ahí, en ese abismo te hallarás con tu propia lucha y con tu propia paz...
A solas contigo mismo, comprobarás que: desde el mutismo te haces capaz de hablar y sin necesidad de, buscar un lugar acogedor, tu corazón ya genera suficiente calor como para hacer un mundo a tu medida...
¡Vívelo!

Sensaciones

Nada es lo que parece, aunque te empeñes en afirmar lo contrario...
Habrás de penetrar en ese mundo escondido de reacciones y sentimientos humanos y aun así, te quedarás a mitad de camino...
Somos de cortos alcances, somos un jeroglífico indescifrable...
No podemos evitar en paso de las estaciones del año, ni las etapas de la vida , que hacen cambiante  la existencia...
Nuestro propio misterio, ya nos pesa...

El concierto del desconcierto

Muchas veces llegamos tarde a los sitios, por no mirar la hora, cuando sabemos que, los minutos vuelan...
Nos perdemos el principio de la película e incluso, el final...
Llegamos tarde al concierto, cuando las luces ya se han apagado y encima, nos sentimos desorientados en la oscuridad...
Buscamos, un lugar vacío para nuestro cuerpo...
Conservar la compostura en medio del bosque tenebroso de la oscuridad, puede ser  muy peligroso y más si añadimos todos los ojos que nos miran...
Cuando, por fin nos acoplamos a la butaca, nos parece como si, la butaca no se acoplara a nosotros...
La música nos llega como un eco porque: la mente está fuera de lugar, o sea donde no tiene que estar...