En la monotonía todo va con lentitud y en esas horas, que nos parecen perdidas ganamos más que perdemos. La monotonía son esas voces conocidas, esa mano en nuestra mano y aunque nadie lo diría, nos gusta sentirnos amados y esa penumbra sencilla sin asomo de arrogancia, nos regala su alegría. La monotonía es el gran milagro de nuestra vida, por ella descansa nuestra mente, anulando la materia inerte. Por ella tenemos la ocasión de asomarnos al balcón de la rutina, que aun sin ser una grandeza tiene la delicadeza de ofrecernos la sinfonía repetitiva del día a día.
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