Nadie tiene tiempo para detenerse. Sin embargo, en la hondonada el río canta y aunque nadie escuche su tonada, un rayo de sol acaricia el agua. El misterio de la vida casi siempre está escondido porque; nadie tiene tiempo para hacer un alto en el camino y bajar hasta el río. Nuestra vida es otro río, el más olvidado y menos escuchado.
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