Cuando piensas en tus problemas incluyes a los demás, cuando eres tú el problema que deforma tu manera de pensar. El pensamiento conoce tus secretos, sabe donde estás y adónde vas y con él tienes más la de perder que de ganar. Por eso los problemas, no te dejan descansar. Mejor llenar tus silencios del sonido del viento y rumor de mar, mejor cruzar el desierto, que escuchar al pensamiento.
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